El texto que dejo a continuación es un extracto de un trabajo de investigación que estoy desarrollando para mi doctorado de Urbanismo. El mismo ha sido publicado en el blog del prof. Jose Fariña, Catedrático de Urbanística y Ordenación del Territorio en la Universidad Politécnica de Madrid, al que quiero agradecer por el curso y por el interés que ha demostrado por este trabajo.
Internet para la investigación
En el debate sobre un nuevo paradigma de comunicación protagonizado por los ciudadanos, no he encontrado todavía reflexiones sobre el papel que podría tener la universidad. Desde mi punto de vista el papel de la universidad es fundamental. No me refiero tanto en este caso a la investigación sobre el desarrollo y los efectos del periodismo ciudadano (o periodismo 3.0). Más bien estoy pensando en un papel activo. Pienso en la posibilidad de que la Universidad “produzca” periodismo 3.0. Este trabajo quiere lanzar una propuesta innovadora, partiendo del principio de que las nuevas tecnología de comunicación interactiva, los modelos de información participativo y el convencimiento de que la universidad debe volver a desempeñar un papel protagonista en la vida de los ciudadanos, deben ir más allá de la pura investigación.
Internet ofrece características muy interesantes, capaces de provocar importantes cambios en los sectores en los que se utiliza de manera innovadora. Según mi manera de ver las principales son: acceso abierto y sin jerarquía, transparencia, interactividad, comunicación multi-direccional, espacio para las relaciones personales y para el desarrollo de redes sociales.
Nos encontramos ante una oportunidad que de momento está siendo desaprovechada por la incapacidad de cambiar un modelo de acción (o método) preexistente; en este caso el método científico. Si aplicamos el actual modelo a las nuevas tecnologías de información y comunicación (Internet), no conseguiremos aprovechar todas sus características. Probablemente sea más interesante buscar un nuevo modelo. Este nuevo modelo estaría basado en algunas de las características que no se pueden encontrar en otros medios. Algunas de las más interesantes se reseñan a continuación.
Acceso abierto
La red está estructurada de manera que cualquier persona, adecuadamente equipada, puede acceder a ella sin ninguna limitación. El acceso a Internet es abierto y la transmisión de datos se basa sobre un modelo horizontal, no jerárquico. Es decir, que un gran grupo de comunicación y un simple ciudadano comparten la misma red de distribución de datos sin que ninguno pueda tener prioridad con respecto al otro. Un sistema abierto y sin jerarquía permite que la información viaje sin que nadie pueda tener un real control sobre ella; deja mucho más espacio a la variedad y a la diversidad, favorece indirectamente la serendipia. Aplicar estos conceptos a los modelos de investigación no es muy simple, los muros más invencibles son sobre todo culturales. Sin embargo estoy convencido que nos llevarían a modelos muy interesantes.
Perder el control sobre una parte de un proceso, abrirse a la participación de gente desconocida y encima, sin ninguna jerarquía, puede parecer algo realmente impresentable. Sin embargo hay ejemplos de éxito que nos demuestran que se trata de modelos viables y sobre todo más eficaces que los tradicionales (Wikipedia). Un científico en teoría, siempre sabe donde hay que buscar. Cuando encuentra la información deseada, considera que es fruto (intencional) de su trabajo. En el mundo académico el concepto de serendipia puede parecer muy poco científico. Sin embargo en el ámbito de las investigaciones de urbanismo, la certeza de la imposibilidad de llegar “intencionalmente” a toda la información, puede favorecer la aceptación de un modelo que cuente también con ella. Con un modelo de este tipo conseguiríamos que la información no esté condicionada por el modelo o proceso de búsqueda (investigación).
Transparencia
La transparencia es a mi juicio un valor en sí. Cuando un trabajo necesita la participación de mucha gente (con diferentes “estilos de vida”) la transparencia es imprescindible para generar confianza. Cuanta más confianza, más disponibilidad para la participación y la colaboración. Un proyecto de investigación, un estudio sobre lo “urbano” o el paisaje, necesita la participación de mucha gente para que el resultado sea lo más próximo a la realidad de las cosas. La transparencia es indispensable para los procesos definidos “abierto”. Mejor dicho algo puede ser realmente abierto solo cuando también es transparente. Si una investigación es transparente y abierta encontrará menos problemas en la recogida de información y en la participación de los ciudadanos.
Interactividad
Esta es una característica todavía poco desarrollada. Solo en estos últimos años, con la denominada web2.0 empezamos a ver interesantes proyectos que apuestan por la participación de los usuarios. Muchas veces se siguen aplicando los mismos modelos unidireccionales heredados de los antiguos medios de comunicación. Esta es sin embargo una característica exclusiva de Internet: ofrece a los usuarios ser protagonistas y no simples receptores. Si aplicamos este concepto a nuestro campo podemos decir que los ciudadanos se vuelven actores de la investigación gracias a una aportación que no se dirige solo al investigador sino también a todos los usuarios, entre ellos los vecinos. La comunicación es multi-direccional, todos pueden participar y toda participación es pública. Para que los ciudadanos participen aportando opiniones y materiales, se necesita una clara motivación y sobre todo una reconocible identidad asociada a cada uno de los participantes. Este reconocimiento resulta claramente amplificando cuando la comunicación es multi-direccional, de manera que todos pueden publicar y todos pueden leer, no solamente los investigadores.
Información no jerarquizada
Cuando todos podemos comunicar con igual derecho, cada información sigue otro recorrido que sirve para garantizar su credibilidad. Esta no viene de una estructura jerárquica donde quién está más arriba es el que garantiza y da credibilidad a los que están más abajo. En una estructura no jerarquizada cada usuario necesita construir su propia credibilidad y puesto que todos tenemos los mismo derechos de expresión todo lo que se escribe puede ser confutado por otros como yo.
Esta característica aplicada a la investigación nos lleva a un modelo abierto donde el investigador se podría considerar como un coordinador de un proyecto al que pueden participar muchísima más gente. Todos los colaboradores estarían legitimados por la credibilidad que han sido capaces de construir ellos mismos en la red, gracias a un modelo no jerarquizado. La universidad perdería su presuntuoso protagonismo intelectual que, frente a pocas ventajas es responsable muchas veces de crear muros y distancias insuperables entre ella y el resto de la sociedad. Como consecuencia la participación de los ciudadanos se volvería muchísimo más gratificante.
Relaciones personales
La sociedad urbana contemporánea, sobre todo la occidental, se caracteriza por un creciente sentimiento de desconfianza hacia el próximo. Las relaciones personales son cada vez más escasas y muy superficiales, reguladas por los papeles que cada uno de nosotros desempeña dentro de la sociedad. El tamaño de las ciudades y su complicada movilidad representan otro obstáculo para el desarrollo y la conservación de las relaciones, incluso de las más sólidas (o intimas). En este proceso Internet entra con toda su potencia ofreciendo un nuevo espacio para las relaciones. Nace una nueva dimensión que nos permite superar las barreras del espacio y de la desconfianza para que podamos desarrollar y guardar relaciones humanas con personas intimas y menos intimas. No se trata tanto de tener noticia de alguien como pasaba cuando usábamos solo el correo o el teléfono, se trata de una verdadera relación continua y cotidiana.
Nace un nuevo modelo de relación personal, que solo es posible a través de una tecnología: Internet. Mucho no estarán de acuerdo conmigo, pero lo que está pasando es un proceso de humanización de Internet. Se trata de un proceso muy interesante aunque no faltan elementos negativos e incluso peligrosos. Estamos llegando a una nueva fase donde la identidad virtual tiene igual de importancia que la identidad real. Al mismo tiempo pierde de interés lo que más nos parecía atractivo durante los primeros años de su popularización. La doble, triple y mas personalidades que nos creábamos en la red ya no son tan interesantes. ¿Porque? Simplemente porque ya estamos constantemente conectados, y resulta muchísimo más complicado conservar esas múltiples identidades. Demasiado trabajo. El juego se ha acabado.
Ahora en Internet somos nosotros mismos, y estamos conectados todo el día. Internet se está humanizando y de este proceso se puede beneficiar la investigación. Como comentaba más arriba, la ausencia de jerarquía impone a todos los autores (investigadores y ciudadanos) la necesidad de reforzar su propia credibilidad para dar el necesario valor a lo que escriben. Dicho de otra manera se trata de darse a conocer de manera transparente, para que la gente pueda confiar en mi como persona o identidad. En definitiva cuando utilizo Internet conscientemente, de manera inteligente y aprovechando todas sus características consigo “humanizar” las investigaciones. Humanizar quiere decir acercarse a los ciudadanos, conseguir que realmente la universidad entre activamente en la sociedad y que los ciudadanos se sienten “autorizados” y capaces de dialogar y colaborar con ella.
Redes sociales
Justo en este momento asistimos a la consolidación de enormes redes sociales a las que se apuntan millones de usuarios de todo el mundo, organizados en miles de “pequeñas” redes de amigos. Internet es una enorme red social, pero solo en los últimos años se está estructurando y rentabilizando esta característica. El concepto “red” está muy de moda. Ahora cualquier cosa que se haga y, sobre todo, cualquier reivindicación, pasa por la creación de una red. Básicamente esto se debe a que por fin entendemos que nos es el numero (de personas) que nos hace fuertes, son los intercambios y las relaciones existentes entre estos “números” (usuarios). Tiene que ver con el mismo concepto de la humanización que explicaba en el caso de las relaciones personales.
Un número lo puedo asociar a un “punto”, mientras que una red lo puedo hacer a “las líneas” que juntan esos puntos. Tener muchos puntos sin la posibilidad de comunicarme o relacionarme con ellos es inútil. Una red me garantiza tener continuidad. Un proceso basado sobre puntos tiene un inicio y un final. Un proceso basado sobre una red puede ser continuo, ni siquiera podríamos definir el verdadero momento de inicio, y seguramente no un momento de fin. Las investigaciones son proceso finitos en el tiempo, con diferentes etapas y con unos resultados a entregar. Cuando hablamos de procesos urbanos, paisaje y memoria histórica nos encontramos con la necesidad de trabajar con procesos continuos (participación). Es aquí donde las redes sociales me pueden ser de grande ayuda porque me sirven para juntar o enganchar proyectos finitos en el tiempo con procesos continuos en el tiempo. Cuando un proyecto se enmarca dentro de una red, aunque tenga que tener un inicio y un final, siempre puede contar con un proceso continuo, garantizado por la posibilidad de conectar con las personas que lo protagonizan.
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